En los últimos meses, Madrid ha experimentado un fenómeno cultural que llama la atención tanto a jóvenes como a adultos: el resurgir de los juegos de mesa retro en cafeterías temáticas. Estas reuniones semanales, organizadas por establecimientos de toda la capital, se han convertido en una alternativa de ocio cada vez más popular para quienes buscan desconectar del ritmo digital y sumergirse en la nostalgia de los clásicos lúdicos.
El auge de los juegos de mesa retro se manifiesta especialmente en cafeterías que, además de ofrecer café y repostería artesanal, disponen de un catálogo de títulos clásicos que va desde el parchís y el Risk hasta el mítico Monopoly. Propietarios como Marta Jurado, gerente de Café Tablero, destacan que "estas veladas reúnen a personas de todas las edades y fomentan la conversación cara a cara, algo muy valioso hoy en día".
Según datos de la Asociación Española de Juegos de Mesa, la asistencia a estos eventos ha crecido un 35% en el último año. Este aumento se atribuye en parte al deseo de reconectar con experiencias analógicas en un entorno dominado por las pantallas. "La interacción social que generan estos juegos es insustituible; se crea una atmósfera de colaboración y complicidad", indica Antonio Lamas, sociólogo especializado en culturas lúdicas.
Durante las noches temáticas, los organizadores no solo proporcionan los juegos, sino que además proponen torneos y retos entre los asistentes. Esto añade una dimensión competitiva y dinámica que muchos valoran positivamente. María Gómez, participante habitual, comenta: "Es sorprendente cómo una partida de Cluedo puede romper el hielo y unir a desconocidos en cuestión de minutos."
Las cafeterías han sabido capitalizar este interés rediseñando sus espacios y adaptando la decoración para evocar la estética retro de los años 80 y 90. Elementos como tableros gigantes, pósters vintage y cartas desgastadas contribuyen a crear un ambiente inmersivo que transporta a los jugadores a otra época. "La magia está en los detalles", afirma Nacho Medina, encargado de la ambientación en Café Dado.
Más allá de la diversión, muchos participantes valoran el componente intergeneracional de estas noches lúdicas. A menudo se pueden ver a padres compartiendo mesa con sus hijos, recuperando juegos que marcaron su infancia y transmitiéndoles anécdotas y estrategias. Ana Pérez, madre de dos adolescentes, señala: "Me encanta poder enseñarles a mis hijos a jugar al Dominó y ver cómo disfrutan con algo tan sencillo y tradicional."
Las redes sociales han desempeñado también un papel crucial en la difusión de este fenómeno. Grupos en plataformas como Instagram y Facebook anuncian calendarios de eventos, comparten reseñas de juegos y motivan a más madrileños a sumarse a estas citas. Una encuesta realizada entre asistentes revela que siete de cada diez descubrieron estas sesiones gracias a recomendaciones digitales.
Algunos propietarios han ido más allá implementando sistemas de reservas online para garantizar la participación, especialmente en noches donde se esperan grandes aforos. "Las plazas suelen agotarse en cuestión de horas", afirma Laura Crespo, responsable de eventos en La Casa del Juego. Esto evidencia la alta demanda y la necesidad de anticipación para no quedarse fuera de estas experiencias colectivas.
El interés por los juegos de mesa retro también ha impulsado la economía local, con librerías y tiendas especializadas detectando un aumento en la venta de títulos clásicos. Muchas cafeterías colaboran con estos comercios para renovar su colección de juegos y, a su vez, incentivar la adquisición de nuevos ejemplares por parte del público interesado.
Desde el punto de vista psicológico, los expertos opinan que dedicar tiempo a actividades lúdicas como estas contribuye a mejorar el bienestar emocional y disminuir el estrés. "Jugar en grupo fortalece vínculos, estimula el pensamiento estratégico y ayuda a desconectar de las preocupaciones diarias", subraya la psicóloga Clara Ruiz, especialista en terapia de juego.
Con el éxito cosechado, varias cafeterías madrileñas planean ampliar sus propuestas incorporando noches temáticas orientadas a juegos extranjeros y nuevos lanzamientos de edición limitada. Todo parece indicar que este renacer de los juegos de mesa retro ha llegado para quedarse, consolidándose como una tendencia cultural que une generaciones y revitaliza el ocio en la capital española.
